Elsa Punset

En esta entrada, aprovechando las vacaciones, ese momento en el que todos esperamos con ilusión disponer de más tiempo, quiero presentar a otro conocido dúo padre-hija y compartir un libro, aunque cualquiera de estos autores aporta conocimientos desde una lectura amena y agradable, “Brújula para navegantes emocionales” de Elsa Punset.

La autora hace un viaje por las distintas emociones a través de las etapas de nuestro desarrollo proporcionando datos y ejemplos sencillos de comprender, dejando claro que lo natural en la vida son los conflictos y las crisis, y lo más importante es conocerse a uno mismo.

Destaco de esta publicación la indicación de que las palabras y actos de los adultos deben ser coherentes para ser un modelo eficaz. Los niños necesitan saber que se preocupan por ellos. La autenticidad es clave en las relaciones humanas. 

También me gustaría compartir los cinco lenguajes del amor del Dr. Chapman (porque creo que, en ocasiones, hablar lenguajes distintos puede provocar malentendidos): el contacto físico, compartir tiempo de calidad con las personas, hacer regalos, con actos de servicio o a través de las palabras. Si para un miembro de la pareja lo más importante es que le cambien una bombilla cuando se funde y el otro aparece con flores, podrían generarse conflictos basados en lo que esperamos de los demás. Ojo, aquí aparece la importancia de expresar lo que sentimos y necesitamos. Nuestra interpretación de la situación, siempre será lo que nos afecte anímicamente.

Muy interesante para los padres conocer “la prueba del vecino” de Maurice J. Elías, así como descubrir el origen de la palabra disciplina y aceptar que castigar no funciona.

La autora nos da algunos ejes de renovación y fomento de las emociones positivas, que me gustaría compartir aquí:

  • El Flow: estado en el que una persona está absorta en una actividad que le produce gran satisfacción, perdiendo el sentido del tiempo y de cualquier estímulo externo. Concepto acuñado por el psicólogo M. Csikszentmihalyi. Una vivencia intensa, controlable y no dolorosa, que da una felicidad retrospectiva (cuando salimos de ese estado de ensimismamiento y concentración).
  • Fomentar la curiosidad.
  • Desarrollar la creatividad.
  • Disfrutar conscientemente el momento presente.
  • Modificar deliberadamente nuestro entorno: desaprender conductas y creencias para aceptar el cambio.
  • El dinero no da la felicidad, a partir del mínimo necesario para sobrevivir, su impacto decrece espectacularmente.
  • Fomentar el optimismo: interpretar el futuro como favorable.
  • Practicar el humor y la risa.
  • Soñar: el juego del como si libera nuestra mente.
  • Fomentar activamente nuestra visión personal: intentar que nuestro ser ideal y el real se acerquen el máximo posible.
  • Convivir con las limitaciones y las restricciones: aumentar la tolerancia ante la frustración y los reveses.

Por último, cierro con una frase que cita en su libro “Trata a las personas como si fueran lo que deberían ser y ayúdales a convertirse en lo que son capaces de ser” (Goethe).