
Buscando la felicidad
Quiero compartir este artículo del Dr. Enrique Rojas
El psiquiatra Enrique Rojas resume la felicidad relativa (la absoluta no existe) como coherencia entre lo que siento, lo que pienso y lo que hago. Igualmente, menciona aspectos muy importantes hoy en día como la búsqueda o necesidad de inmediatez en todo lo que hacemos (ya no tenemos que esperar a la semana que viene para ver el próximo capítulo de nuestra serie favorita o al periódico del día siguiente para conocer las noticias, lo sabemos todo ¡ya! y lo queremos todo ¡ahora! Incluso en ocasiones ¡nos saltamos la canción de la Introducción!) y el exceso de información (¿estamos preparados mental y anímicamente para lidiar con tanto conocimiento? ¿Realmente quiero saber todo? ¿Escojo el momento para informarme? En mi opinión, no).
Vivimos demasiado rápido y, como tenemos absolutamente todo lo que necesitamos, no nos acostumbramos ni aprendemos a enfrentarnos con la frustración de perder, de fracasar. Nos venden ideas «si estudias conseguirás una carrera y tendrás un buen trabajo, que te permitirá vivir dignamente». No es cierto. «Si te esfuerzas podrás conseguir lo que desees». Tampoco es cierto. Deberían enseñarnos a lidiar con ello. A caer. A tolerar las injusticias, porque en ocasiones es imposible cambiarlo. En ocasiones lo único que te diferencia con la persona que lo consiguió es que llegó antes o tuvo la suerte de tener más dinero o pudieron ayudarle o simplemente el juez ese día ¡había desayunado mejor!
Creo firmemente que las grandes materias olvidadas en Educación son la gestión de emociones y la resolución de conflictos. Si desde Educación Infantil nos enseñasen a tolerar la frustración, a buscar alternativas, a expresarnos asertivamente, a relajarnos, … Si nos enseñasen valores tanto en nuestros hogares, como en los colegios, como la sociedad general, porque todos somos uno en esta misión, el índice de suicidios tal vez disminuiría.
A lo mejor todo comienza con dejar de intentar aparentar «vidas perfectas» a través de fotos de Facebook o historias de Instagram y compartir derrotas, porque en grupo, opino que todo duele un poco menos, y porque le daríamos a otros la esperanza de que «algo fue mal y sigo adelante». En ocasiones ni siquiera aprendes nada, solo te disgustas un tiempo y después, te sacudes la tierra y vuelves a levantarte. Si tienes fuerzas o motivación, quizás hasta vuelves a intentarlo. Otras veces, buscas otro camino, y no pasa nada. La vida sigue.
Algunos días estás buscando simplemente que alguien te diga «¡Sí, es un asco! Pero seguimos adelante, porque hay más, siempre hay más». Simplemente a veces no lo vemos. Supongo que se nos olvida aquello de «solo en la oscuridad puede verse la luz».
Comencemos a enseñar que las emociones cumplen una función, no son positivas o negativas. Se debe trabajar el autoconcepto. Mar Romera expresa que «la calidad de mi vida, depende de la calidad de mis pensamientos». Es más positivo enseñar a las personas a expresar la emoción en el momento adecuado con la intensidad apropiada, por encima de que intenten ser felices en toda situación. Es necesario experimentar la emoción que nos produce una determinada situación, la clave está en intentar controlar ese «no anclarnos» en ella. Habrá momentos de sufrimiento, de dolor, de culpa, de miedo, de alegría, … Lo importante es, en mi opinión, dejarlos ir, aceptarlos, sentirlos y continuar, porque las emociones son pasajeras.